03 noviembre, 2014

GALERÍA. Función 67º aniversario de la fundación de la Hdad. del Cautivo.

Mirarlo, sencillo, maniatado y dando el último suspiro que se convierte en nuestro al mirarte cuando escuchas mis plegarias.

No te he visto nacer, pero me han dicho que surgistes para ser nuestro espejo, para cuando poder mirarte me extrañe y pueda preguntarme ¿por qué Tú, Rey de mi alma y redentor nuestro, creo que te conozco como si haya vivido toda la vida?

Porque Él es el que habitas en mi mesa de noche, el que preside mis oraciones, el reflejo de la mirada de mi abuelo, que cuando te miro, tu sangre se refleja en las lágrimas de mi perdición. Y mientras sé que en esta oscuridad del paso del tiempo está con nosotros nuestra Madre, la dueña de mi corazón, para que todos los años podamos contemplarla mientras te brotan las palabras que se convierte en Salve y Rosario de amor. 

El paso del tiempo, se ha hecho presente, la pasión reluce más que nunca pero este reflejo nos ha cegado el dolor, nos ha cautivo el corazón para que dentro de unos meses, podamos más que nunca suspirar en la noche, perdiéndonos en tu amor y ser embelesado por la Reina del Mayor Dolor.



























Fotos y texto: Jesús Pérez Vera